MATERIALES RESISTENTES A LA CORROSIÓN: METALES FERROSOS Y NO FERROSOS PARA CALENTADORES DE PROCESOS

Last updated on marzo 13th, 2024 at 03:26 am

Ferrous vs Nonferrous MetalsSeleccionar los materiales adecuados es una de los más importantes consideraciones al elegir un calentador de inmersión. Sin los materiales adecuados para los calentadores, los equipos corren el riesgo de sufrir corrosión. Esto puede provocar la degradación del producto, fallos mecánicos o daños, y puede dar lugar a ineficiencias, fugas u otros peligros.

No existe una solución única para prevenir estos daños. La corrosión se ve afectada por los procesos, las temperaturas de funcionamiento, el entorno y el producto de un proyecto. Por ello, en cada proyecto hay que prestar especial atención a la elección de los materiales adecuados para evitar la corrosión.

En este artículo, analizamos la resistencia a la corrosión de los metales ferrosos frente a los no ferrosos para aplicaciones de calentadores de proceso.

 Resistencia a la corrosión en metales y aleaciones

La resistencia a la corrosión de los metales y aleaciones es siempre un factor importante a la hora de elegir los materiales de los calentadores industriales. Sin embargo, la selección no depende únicamente de esta resistencia. Hay que sopesar la importancia de otros factores, equilibrando los riesgos de corrosión con los costos y la durabilidad. 

Además, el entorno operativo, la temperatura y los requisitos de calefacción específicos desempeñan un papel crucial en la selección de materiales para calentadores industriales.

Esta sección explora los pros y los contras de los metales ferrosos y no ferrosos, para ayudar a determinar cuál puede ser el más adecuado para un proyecto determinado.

Metales ferrosos

Los metales pesados, como el acero y el hierro, constituyen la categoría de los metales ferrosos. La palabra ferroso, en sí, significa «que contiene o consiste en hierro». Las formas más comunes de este metal en la construcción y la fabricación incluyen:

  • Acero al carbono
  • Hierro fundido
  • Acero de ingeniería

 

Estos materiales son muy resistentes y duraderos. Además, son más baratos que los metales no ferrosos. Como tales, son fiables y económicos cuando son apropiados para un proyecto y sus condiciones de funcionamiento.

Sin embargo, el inconveniente de los metales ferrosos es que contienen hierro. Al estar compuestos parcial o principalmente de hierro, son muy propensos a la corrosión. Por lo tanto, son una mala elección cuando los riesgos de corrosión son significativos. 

Los metales ferrosos son también un material más pesado. Esto puede influir en la eficiencia del transporte y requerir sistemas de apoyo más fuertes para instalarlos o utilizarlos correctamente.

 Aleaciones y metales no ferrosos

Los metales no ferrosos son esencialmente cualquier metal que no sea el acero o el hierro. Algunos ejemplos comunes de no ferrosos son el aluminio, el estaño, el cobre, el níquel, el titanio y el zinc. Esta categoría también incluye aleaciones como el latón y el bronce.

Al no ser de hierro, los metales no ferrosos y las aleaciones tienen una mayor resistencia a la corrosión. Esto, junto con su peso ligero, sus propiedades no magnéticas y su alta conductividad, los convierten en una opción deseable para muchas aplicaciones.

Sin embargo, no todos los proyectos se benefician de estos metales. El primer factor limitante es el costo. Los metales no ferrosos son bastante más caros que el acero o el hierro. Además, no son tan resistentes ni duraderos como sus homólogos ferrosos.

 Materiales ferrosos que resisten la corrosión

Cuando la resistencia a la corrosión y el peso son la principal preocupación, los metales no ferrosos son los materiales ideales para los calentadores. Si el presupuesto y la durabilidad son más importantes, los metales ferrosos suelen ser la mejor opción. ¿Pero qué pasa si necesita enfocar distintos aspectos?

Los metales ferrosos pueden recibir protecciones adicionales para mejorar su rendimiento. Por ejemplo, el hierro forjado es un metal resistente a la corrosión, a pesar de ser principalmente hierro. Esto se consigue mediante un revestimiento protector. Si el revestimiento se daña, se pierde la protección.

Otro enfoque es incluir otros materiales de protección en el propio metal. El acero inoxidable, por ejemplo, contiene cromo. El cromo aumenta la resistencia a la corrosión. 

Los metales ferrosos tratados y especialmente formulados ayudan a equilibrar mejor la resistencia a la corrosión sin sacrificar la durabilidad. Aunque tienen un costo más elevado que los materiales ferrosos estándar, son más económicos que muchos metales no ferrosos. Para muchas aplicaciones de calefacción, ofrecen una alternativa ideal.

 Calentadores y materiales resistentes a la corrosión

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